miércoles, 27 de junio de 2012


EMPERADOR DE LOS CIELOS



Majestuoso y Dios señor del universo
responsable del calor de nuestras vidas,
que le das el rosicler a la mañana
despertando en cada uno la sonrisa.

Fuiste el padre indiscutible de los astros,
venerado por los pueblos panteístas,
y has quedado entre las capas seculares
como Inti, dicho en quechua por los Incas.

Sos la lumbre del candor en la alborada
y el espíritu implacable que domina,
cuando estás en el cenit, de punta y hacha,
para irte en el ocaso hasta otro día.

Sos la luz, sos el calor y la esperanza,
que el labriego pone en ti y en la semilla,
con el brote que en el trigo se hace flor,
madurando en el dorado de la espiga.

Vos pusiste la inocencia enamorada
a la noche que hace gala en su carisma,
con la luna, que al ser hembra se sonroja,
cuando llena te refleja desde arriba.

Oh. mi sol, mi eterno y mágico esplendor,
sos el amo de la tierra y sos la vida,
te agradezco en homenaje con mis versos,
cada vez que das la luz, a un nuevo día.


                                           Néstor Cuenca