Inconformista
Mejor le pongo un tronco más grande, a ver si así se templa un poco la casa, tan solo, algunos de los últimos rayos de sol vinieron a acompañarme, como queriendo avisar que hay un poco de humo, pero no importa, habrá que aguantarse.
Hice todo lo que pude para arreglar la estufa, lo traje al albañil que le hizo unas reformas, y nada; lo mismo que con la luz, lo traje al electricista, y dijo que lo mejor es alternar los distintos tipos de lámpara, que de ser posible, mezclar luz blanca y luz ámbar, con luz día y que sé yo. . .
Le dije que haga lo que tenga que hacer, y tampoco, igual que el médico, ese, es otro; él dice que no siento el gusto de las cosas por el cigarrillo, que no sé que pasa con el alquitrán, y yo le pongo tanto azúcar al mate que hasta me está descompensando el organismo, y sin embargo, fumo muy poco, prácticamente nada.
Y aprieto el tronco contra el fuego tratando llevarlo bien al fondo, a ver si así sale menos humo, ah!.. dijo el albañil que la estufa está bien, que el que quiere hacer más fuego de lo que corresponde soy yo.
Lo hablé con un arquitecto, y me dijo que existe una relación (puerta – chimenea), que eso es inalterable, y que además el fuego tiene que ser relacionado a su tamaño, pero yo tengo frío.
La vez pasada, unos amigos la elogiaban tanto, que... ¡cómo calienta!, al igual que toda esa parafernalia lumínica de galáctico diseño que hizo el electricista, pero sin embargo, yo digo que a esta luz, le falta un brillo especial.
Y así estoy, en penumbras, intentando saborear un mate insulso, todo arropado contra el fuego, pensando: ¡como cambió mi vida desde que vos te fuiste!
nestor-cuenca.blogspot.com
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