viernes, 21 de mayo de 2010

Una poesía al fuego

A fuego'e leña

Habrá de ser lo primero
que se llegó a descubrir,
y hoy te voy a distinguir
en mis mentas de trovero.
Yo poniendo mucho esmero
me preparo pa' hilvanar
y estos versos recitar
en fogón o alguna peña:
¡calorcito 'e fuego a leña
a vos te quiero cantar !.

Te imagino en las cabernas
y después con el indiaje,
entre gauchos, paisanaje,
con tu llama siempre eterna.
De manera muy fraterna
protejiste' al ser humano,
acompañaste' al cristiano
y cuando el frío más azota,
vos secaste' un par de botas
o las pilchas de un paisano.

Compañero abrasador
ya de años muy remotos,
del más rico hasta los crotos
precisaron tu calor.
Cocinaste' al asador,
en parrillas y en brasero,
y en esos inviernos fieros
en la olla 'e fundición
vos cicistes chicharrón
o algún criollazo puchero.

Calentaste' el horno 'e barro,
la caldera de aquel tren,
y en un solo santiamén
calzaste la rueda 'e carro;
derretiste' en un tarro
la grasa de una carneada,
y en más de una madrugada
cobijastes al carrero,
y a su arcilla, el alfarero,
la cocinó en una horneada.

Puntal de la construcción
cocinando los ladrillos,
pa' las casas y castillos
y una que otra mansión.
Si usté busca inspiración,
en silencio y a lo oscuro,
prenda un fuego y le aseguro
que al contemplarlo verá,
que todo lo dicho acá
es sentimiento muy puro.

Y bueno, yo me despido
y es con esta reflexión,
que tu rojo corazón
siga siempre encendido.
Cuando yo esté bien curtido,
y en una mala jugada,
la parca, si a la pasada
me llevara en su embate,
que me halle tomando mate
con una pava tiznada.
nestor-cuenca.blogspot.com

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